miércoles, 8 de septiembre de 2010

Me llamo Earl

La semana pasada hemos vivido una historia de terror con final inusualmente feliz. Estamos en el plena temporada de huracanes, la cual se extiende desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre. Recomendación, si os planteáis u viaje por el Caribe, Bermuda, las costas Sur o Este de EEUU o demás regiones castigadas por tifones y huracanes evitar los meses de Agosto, Septiembre y Octubre principalmente. Tenéis un link interesante en esta web del NOAA con información para todos los públicos, en general en inglés.

Hace como quince días, no recuerdo las fechas exactamente, el huracán Danielle estaba haciendo de las suyas en mitad del Atlántico sin representar amenaza a ningún pedazo de tierra. Pero detrás se estaba formando una depresión en las costas africanas que empezaba a tomar muy mala forma. El 25 de Agosto nacía la Depresión Tropical Earl que tras cruzar el océano como Tormenta, ascendía a huracán de categoría 1 al llegar al Caribe. A partir de entonces cobró fuerza muy rápidamente y en poco mas de día y algo era un monstruo enorme de categoría cuatro pasando muy cerca de Puerto Rico. Para entonces ya había saltado las alarmas, todas las previsiones apuntaban a que iba a subir por la costa Este de Estados Unidos, aunque era pronto para conocer los detalles de la trayectoria.
-Trayectoria seguida por Earl-

Parecía que iba a vivir mi primer huracán. Pero no me hacía nada de gracia. Para evitar problemas, conseguí convencer a una compañera y el Lunes 30 de Agosto, con Earl todavía por el Caribe, fuimos a comprar provisiones. Comentaban que, si nos alcanzaba, lo peor iba a ser quedarse sin electricidad y posíblemente sin agua por una semana como poco. No sería la primera vez que sucede. El martes las horas pasaban muy lentas, deseando que la siguiente actualización de las previsiones del Centro de Huracanes mejorase la anterior. Pero sucedía justo lo contrario, cuanto mas tiempo pasaba y mas certeros se volvían los modelos matemáticos, mas se metía la trayectoria hacia el oeste, es decir hacia nosotros. Esa noche casi no pude ni dormir, y cuando lo hacía era para soñar con inundaciones y vientos huracanados.
-Fotografía desde la Estación Espacial publicada en El País-

En el trabajo se reían un poco de mi, por ser novata en estos temas. Pero les cambió la cara el miércoles por la tarde, cuando Earl ya estaba torciendo hacia el Norte y el Noreste. Yo por entonces ya estaba agotada de la tensión que llevaba encima, por lo que cuando vimos que varios modelos nos pasaban a Earl por en medio del Cabo, insinuando categoría 3 para cuando llegase, yo ya no me podía preocupar mas. Y me dije, bueno, lo que sea que tenga que ser, más no podía hacer. En realidad pensé en largarme, pero suponía que nos evacuarían en caso de necesidad.
Dentro de los preparativos del MBL, se visionó un documental que se recomendaba encarecidamente a la gente que fuese nueva o que no lo hubiese visto. Se llamaba el 38. Tras tan enigmático título yo pensé que había un documental sobre cómo prepararse y actuar en el caso de que te alcance un huracán. Pues no. Versaba sobre un huracán que golpeó Nueva Inglaterra, en particular Connecticut y Massachussets en el 38, causando mas de 600 muertos. Bonita forma de tranquilizar a la gente. Salí mas traumatizada todavía.

El jueves la gente empezó a espabilar, se metían los barcos y las casas flotantes en la laguna de detrás del MBL, o directamente se llevaban tierra adentro. En el centro, el personal de mantenimiento empezó a recoger y desmontar todo lo que podía salir volando. Por nuestra parte fue una locura, básicamente desmontamos medio laboratorio, quitando, guardando y protegíendo los equipos eléctricos y electrónicos (como casi no hay...), incluso se subieron los congeladores de -80ºC, que son enormes, de la planta sótano por si se inundaba. Por entonces, Earl seguía con fuerza e iba a llegar a Carolina del Norte, donde había comenzado a evacuar parte de la costa. Y a 36h estábamos nosotros, en su punto de mira. La verdad es que Earl era aterradoramente enorme y bonito en las imágenes de satélite:
-Earl, en visible,el viernes por la mañana ya pasada Carolina del Norte-

-En IR-

El jueves 2 de Septiembre, tenía una cena programada por la tarde-noche desde hacía dos semanas. Decidimos seguir adelante con nuestros planes, aunque hay gente que no vino. Me pidieron y rogaron que hiciese una paella, pero esto es otra historia. Fue una noche estupenda, tranquila y divertida con los amigos en una casa junto a la playa oyendo el relajante sonido de las olas. Pero lo que mas nos relajó fue ver que en las últimas horas Earl había perdido mucho fuelle y había caido a categoría 2. Además el frente frío que venía por el Oeste por fin se decidió a hacer acto de presencia y empujar a Earl hacia el Atlántico. Los modelos de trayectoria se alejaban. Todavía teníamos posibilidades de que nos pasase el ojo por encima pero cada vez menos.

Y llegó el viernes. Y amaneció completamente calmado y nublado, no se movía ni una hoja y eso es bastante raro por aqui, donde parece que los vientos dan la vuelta. Había bochorno, pero la gente se tiró a la calle a disfrutar de la mañana. A ratos llovía, sobretodo a eso de las once cuando nos pasó la primera banda seria de nubes (se ve en la imágen de satélite que es justo de ese momento donde también se ve el frente frío como un bate apunto de golpear). Menudo chaparrón. A eso de las tres y media, cuando las imágenes de radar mostraban que ya se acercaba la zona de lluvias, me fui a refugiar a casa de una compañera que tenía sótano, por si las moscas. Porque la casera no me ofreció en ningún momento refugio. Me dijo que iban a estar en casa por si necesitaba algo y que no iba a ser peor que una tormenta del noroeste que suelen golpear en otoño e invierno.

Pasé la tarde aburrida, a ratos jugando con las hijas de mi compañera, hablando con otra chica del trabajo que también iba a pasar la noche alli. A las seis seguía todo extrañamente calmado, ni llovía. A las ocho, tras acostar a las niñas y mientras cenábamos la cosa empezó a animarse, con algo de viento y lluvia. Pero para entonces yo ya me esperaba que estuviese el tema bastante mal. A eso de las once, sin que la cosa hubiese cambiado mucho, nos fuimos a dormir del cansacio que teníamos encima. Lo peor nos pasó por encima entre las doce y las dos de la mañana. Yo me levanté a ver como estaba el tema alrededor de la una, y aunque llovía mucho y los árboles se agitaban bastante, ni ululaba el viento, ni se inundaba la calle. A sí que el resto de la noche dormí plácidamente hasta que me despertó el gato de la casa.
-probabilidades de vientos de Tormenta tropical (de 63 a 116 km/h)a las 2AM del sábado-

-Probabilidades de vientos de mas de 50 nudos (95km/h) a la misma hora-

La mañana del día después era brillante y soleada, con una agradable y fuerte brisa. Había bastantes hojas por el suelo, pero ni ramas ni cosas tiradas por todos lados, ni postes eléctricos caidos. Simplemente fue una tormenta fuerte, sin rayos. Al final el ojo pasó por el océano a mas de 200km de aquí. Según las medidas de los americanos, cuando llegó a Massachussets ya había perdido la categoría de huracán, aunque los canadienses midieron con una boya vientos de categoría 1 al día siguiente, cuando golpeó de lleno la diudad de Halifax, la tierra de mi compañero de la oficina.

En conclusión, no sé si he vivido mi primer huracán o no porque hemos tenido una suerte impresionante. Todavía queda mucha temporada de huracanes, que se prevee que sea muy activa así que, lo mismo, esto sólo ha sido un entrenamiento. Eso si, trabajar, lo que se dice trabajar, he hecho poco estos días.

A los que os habéis preocupado, muchas gracias por acordaros de mi.

2 comentarios:

  1. Me alegro de que no haya pasado nada de gravedad. Por lo que cuentas, alguna gota fría ha hecho más estragos en el mediterráneo español.

    Más vale que las previsiones se equivoquen por exceso que por defecto.

    Un beso de parte de los dos.

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  2. ¿Y al final que hiciste los dias de vacaciones?

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